Las bases del capitalismo
Desde hace más de doscientos años, jugamos a un juego que se inventó Adam Smith que se llama capitalismo.
Según sus reglas básicas:
– Eres libre de elegir dónde pones tu energía para obtener dinerito.
– Los beneficios que obtengas es recomendable que los utilices para estar bien.
– Es aconsejable que seas propietario de bienes.
– Se sugiere que no haya ningún tipo de restricción comercial y que la intervención gubernamental sea mínima. Esto lleva a la libre competencia.
Y el tablero de juego se llama mercado.
Capitalismo
Etimología
Dinero
Etimología
Si los niños jugaran, ¿cómo aplicarían las reglas de Adam Smith?
Pensemos en pequeños que ya tienen bienes en propiedad pero que aún no manejan bien el concepto dinero. Entonces sucedería algo así.
Competencia
Etimología
Compuesto por el prefijo con- (Entero, completo) y el verbo petere (dirigirse a, buscar, desear)
Estamos en el patio del colegio (el mercado). Yo tengo un balón (bien en propiedad). Entonces pregunto quién quiere jugar conmigo y algunos niños se unen (fuerza laboral). Con pocas reglas, vamos improvisando (sin restricciones comerciales). Y ningún adulto interviene en nuestro juego (sin intervención gubernamental).
Proponemos que tú te quedes defendiendo porque eres el mejor (libre competencia). Y todos nos lo pasamos pipa (riqueza universal).
Libre capitalismo
Desde la visión de
un niño sin dinero
Competencia
Etimología
Compuesto por el prefijo con- (Entero, completo) y el verbo petere (dirigirse a, buscar, desear)
El talento de poner la ambición al servicio de los demás
Este economista concluía que si cada individuo busca su propio interés, es posible alcanzar la prosperidad de toda la sociedad. Aunque la primera inercia es pensar que es una actitud egoísta, no le faltaba razón. Si reflexionas, no tiene futuro enfocarse mucho en los demás, y poco o nada en uno mismo. Esta ecuación termina en frustración y desilusión tarde o temprano. Sin embargo, si cada cual se dedica a lo que se desenvuelva con más eficacia y que le resulta más disfrutón, todos salimos ganando.
Para él, la libertad era fundamental. Por eso, apoyaba la competencia y el libre comercio. Según su experiencia, cuando se fomenta la intervención en el mercado, las regulaciones que se establecen tienden a favorecer a los que en ese momento sean propietarios, generando mayores injusticias. Luego no le parecían aconsejables.
Si lo analizas y recuerdas el ejemplo del patio del colegio, en la esencia, sus ideas no eran malas.
¿Por qué produce inestabilidad este sistema económico?
Ambición procede de la palabra latina ambitio que significaba ir de un lado para otro. Después cambió la acepción para referirse a desear algo ardientemente. Anhelar con fuerza es maravilloso. El conflicto llega cuando no se tienen en cuenta los efectos devastadores que los miedos internos, muchas veces inconscientes, generan. A esta cita también están invitadas las hormonas: La dopamina, que incrementa tu energía; y la testosterona, que mejora temporalmente el concepto que tienes de ti. Ellas junto con los miedos montan la revolución.
Si nos poseen los fantasmas internos que todos tenemos, se deja de razonar bien y se hace difícil alcanzar ese bienestar emocional que todos buscamos. Hasta esos críos de los que hablábamos antes, pueden crear el caos cuando entran a escena las emociones sin ponerlas conciencia.
El sistema económico muestra lo que sentimos.
En economía, lo que ocurre a nivel general (macroeconómico) es producto de lo que acontece a nivel individual (microeconómico). Con la suma de los elementos, se crean las totalidades. Luego aunque el promotor de la idea fuera Adam Smith, cada participante ha puesto su granito de arena con sus decisiones en este sistema económico y social. Todos somos responsables.
Como ya hemos apuntado, nuestra forma de actuar está muy condicionada por las emociones. De hecho, solemos elegir y luego lo justificamos con la razón. Como resultado, nuestra forma de organizarnos y sus efectos secundarios sólo son un reflejo de cómo nos hemos venido sintiendo. Y, si tenemos en cuenta lo que estamos viviendo, es muy evidente que no hemos estado muy lúcidos. Las estructuras que tenemos fomentan o mantienen la falta de empoderamiento de sus miembros.
Dicho esto, da igual cómo llamemos a lo que nos dé las pautas para constituirnos como comunidad, si no atendemos a lo que nos mueve internamente, aunque tratemos de cambiar el sistema económico, la solución alternativa volverá a ser poco satisfactoria.
El conflicto no está
en el sistema capitalista sino
en cómo nos sentimos.
Crisis
Etimología
y a su vez del griego κρίσις krísis,
que significa "separar, romper".
Crisis es algo que se separa o se rompe y que conviene saber por qué. Es analizar cuál es la parte buena o aprovechable.
¿Cómo hemos aplicado los adultos los conceptos del Capitalismo de Adam Smith hasta ahora?
Desde una inmadurez psicológica no reconocida, convertimos al Estado en un papá simbólico, encargado de poner normas (políticas de control social), establecer obligaciones (políticas impositivas) y repartir propinas (políticas redistributivas) entre los integrantes de una gran familia.
Está globalmente consensuado que la función fundamental del Estado es garantizar la estabilidad. Para ello, lo primero que hace es favorecer que el capital se sienta seguro para que, así, se establezca en su territorio.
Y ¿cuál es la necesidad fundamental de los propietarios del capital? El capital es concebido erróneamente como un sinónimo de poder. Con esta mirada, el objetivo principal para los que lo tienen o desean tenerlo es acumularlo. De este modo, los Estados que avalan esa premisa son los que atraen el dinero. Para conseguirlo, acostumbran a pasar por el aro por parámetros muy desequilibrados.
Adolf Hitler utilizó esta estrategia y prometió a los propietarios del capital hacer crecer sus intereses. Decía así: “Vamos a representar sus intereses, vamos a proteger y hacer avanzar sus intereses.”
¿Qué ocurre cuando la población sufre las consecuencias de esos acuerdos injustos? Tarde o temprano, los individuos afectados protestan.
¿Cómo gestionan los Estados estas situaciones de tensión? La primera reacción suele ser reprimirlas, intensificando el Estado policial. Pero también optan por crear un enemigo fuera de las fronteras. De esta manera, en medio de la desilusión y la inseguridad, es fácil admitir que otro venga a salvarme, dando paso a políticas fascistas. De nuevo, los individuos son niños que piden que un papá simbólico venga al rescate.
Hasta aquí, el Estado o los propietarios del capital asumen la responsabilidad de tomar las decisiones importantes que afectan a la inmensa mayoría. Ese control sobre los demás les da sensación de poder, se sienten superiores y les sube la autoestima. Hasta que los efectos que generan son muy destructivos.
De esta manera, mandan quienes, en la apariencia, tienen menos miedo a la incertidumbre. Pero esta afirmación no es real y tiene trampa porque no es que no lo tengan sino que no se permiten sentirlo. Y cuando lideran quienes no sienten, el mundo es menos humano, más dramático y robótico.
¿Qué mayor desgracia hay que la de ser odiado y saber que lo merecemos?
La virtud es más temible que el vicio porque sus excesos no están sujetos a la regulación de la conciencia.
La era de la crisis existencial de la humanidad.
El momento actual no muestra una crisis sistémica del capitalismo sino una crisis existencial de la mayoría de los miembros que componen las sociedades que sostienen este manera de establecerse. Ha llegado el momento de atrevernos a liderar sintiendo.
En escena, muchas almas transitando las polaridades y deambulando de un extremo a otro para poder lograr alcanzar el centro después de adquirir los aprendizajes que da la experiencia. Los infiernos internos han salido a la luz para ponerles conciencia. Los demonios particulares ya no se esconden.
Decía Zygmunt Bauman que estamos en un sistema que nos persuade a gastar dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos para crear impresiones que no durarán en personas que no nos importan. Y, aunque esto puede que parezca verdad con una mirada superficial, cuando otro me empuja hacia algo que no me hace feliz, me obliga a utilizar mi capacidad de autoliderazgo. Indirectamente me fuerza a salir del letargo y a tomar responsabilidad de mi vida para marcar la diferencia.
Partiendo del inconformismo, atravesando el vacío de respuestas, incluso transitando un estado de locura, para llegar a una existencia transcendente. Con más amor.
Ahora juntos nos dirigimos hacia un éxito con sentido. Aunque sea por la fuerza o primero tengamos que destruir el Capitalismo. El cómo no es lo importante aunque se puede elegir a nivel particular.