Tenemos normalizado estar en movimiento y hemos asociado ser rentables con ser multi tareas. De hecho, esta forma de actuar creemos que implica cambio y evolución. Pero déjame que te ponga en pre aviso. Si tu rutina son las prisas, el estrés y la falta de paz interior, no estás razonando bien. Y esta afirmación, de ser cierta, tiene muchas implicaciones. Así que atiende.
¿Cómo llego a esa conclusión? Priorizas el control pero ese estado de alerta al que estás acostumbrado te sube la adrenalina para aumentar la concentración en lo más urgente, dejando de prestar atención a otros estímulos. Eso otro donde no estás mirando son posibles fuentes de complicaciones. Y también podría traer pistas de las soluciones que estás buscando de manera desesperada pero que probablemente no verás porque le estás mandando la orden inconsciente a tu cerebro de que cree una vida complicada.
¿Cómo actúa un cerebro sin serenidad?
Sin apertura a nuevas ideas por falta de paz interior
en la imaginación
que en la realidad.
Tu mente se enfoca en lo que siente un peligro y trata de anticiparse a posibles riesgos. De esta manera, la predisposición a la apertura de nuevas ideas se bloquea. Su prioridad es evitar un problema que, en muchos casos, ni siquiera existe en ese momento. Tu visión de 360 grados se desactiva. Sólo miras en una dirección: La que te lleva a acumular problemas por no mirar con una perspectiva ampliada. Así es fácil juntarse con muchas dificultades simultáneas o consecutivas. El resultado de ocuparte en exclusiva de algo de dudosa presencia es despistarte de lo que ya está pasando o es evidente que pasará si lo mantienes como está. Lo curioso es que te hubieras dado cuenta si estuvieras en calma. Y a mayor inteligencia y arrogancia, mayor es la probabilidad de caer en la ignorancia.
En 1999, hicieron un experimento muy representativo de lo que te hablo. Le llamaron la prueba del gorila de Daniel Simons. Si no sabes de lo que te hablo, sigue las instrucciones. Es muy divertido y te llevará un minuto. Date ese tiempo para abrirte a nuevas ideas.
Para el sistema, tu estado emocional y tu forma de decidir sin coherencia es muy útil porque favorece que todo permanezca estable. Fiel a una rueda de hámster silenciosa, donde nadie consigue sus deseos reales. Mientras nos quejamos y proyectamos nuestro malestar interno por ello.
El estrés continuado provoca que se pierda el acceso a la mayoría de los circuitos neuronales y se deja de generar nuevo tejido neuronal. Como consecuencia, no pensamos con claridad. Tal cual. Sin tranquilidad, tomamos decisiones pero no tienen por qué ser lógicas ni han de llevarte al resultado que pretendes. Te mueves pero puede que ni siquiera implique un cambio, o al menos no te diriges hacia donde quieres ir. Puede que no se noten los efectos colaterales en el corto plazo pero es previsible que se generen en el medio o largo plazo. Y se veían venir. Eran evitables si no hubieras dejado de razonar bien.


La practicidad de la paz interior
Aunque lo profesional y lo efectivo parezca ser hacer rápido, científicamente sale a cuenta pararse a reducir las pulsaciones por muchos fuegos que tengamos pendientes. Definitivamente se ahorra en contrariedades yendo más despacio o incluso en reposo. Es la manera más práctica de tomar decisiones seguras sin acabar como una olla a presión. Definitivamente, tu paz interior debería ser un punto a destacar y que atender en tu día a día para poder generar armonía.
no es la ignorancia
sino la ilusión de conocimiento.
Cuenta conmigo si quieres que te dé alguna clave para tu situación en particular porque puedes ser como el pez dentro de una pecera que no es capaz de percibir que está rodeado de agua. Si abres la puerta a la duda en tu aparente certeza, te puedo entregar información valiosa con la que tener una perspectiva diferente y poder elegir de nuevo para lograr un liderazgo coherente y un éxito con sentido.