5 pautas para sacar a la luz tus talentos

La capacidad de realizar una actividad con éxito se suele considerar un talento. Lo habitual es pensar que es una habilidad especial con la que uno nace, que se aprende o que se alcanza por ensayo – error.

Talento

Etimología
Proviene del latín talentum, que a su vez deriva del griego talanton (τάλαντον), que significa "balanza o peso". Era una unidad de medida de la antigua Grecia para pesar metales preciosos.

¿Cómo saber cuáles son tus talentos?

Los consejos típicos para obtener una respuesta a esta pregunta tienen que ver con revisar cuáles son tus intereses, tus pasiones, tus hobbies o tus habilidades, y, si no logras claridad, buscar la opinión de la gente que te conoce. 

En este post, te ofrezco 5 pautas prácticas a seguir para toparte de frente con tus talentos.

1.- Prioriza la flexibilidad: Con tu lado científico a punto, duda.

Una y otra vez, para hacer frente a la complejidad de los eventos que sorteamos en el día a día,  se requiere recomponer lo que pensamos.

Tener la humildad de pararnos a cuestionarnos a nosotros mismos nos libra de que se impongan los impulsos biológicos o los comportamientos compulsivos en nuestras reacciones. También permite que las decisiones finales no estén condicionadas por un querer gustar con consecuencias nefastas como ser como todo el mundo o seguir instrucciones de una autoridad sin poner resistencias aunque no se esté de acuerdo hasta terminar cumpliendo los sueños de otros.  Y si estás aquí, estoy segura de que no quieres eso. 

Esta capacidad de reevaluar constantemente los pilares con los que nos ponemos en acción permite que reaccionemos de una manera más adaptativa al escenario y a sus exigencias. Los esquemas mentales se ponen a prueba constantemente y esos pequeños cambios internos generan impactos muy gratificantes y de gran importancia en nuestra vida. 

Si lo piensas, la mayor fuente de incomodidad que atravesamos constantemente tiene que ver con cuestionarnos lo que creemos que sabemos pero que, a veces, se demuestra que estábamos totalmente confundidos.  Sin embargo, al final, ser flexible con lo que se cree favorece la gestión de la incertidumbre  y el bienestar emocional. Además abre la mente para que lo impensable pueda ocurrir.  

Sin entrar en la duda como filosofía de vida, es complicado que los talentos que tenemos nos lleven a tener un éxito con sentido. Y, entonces, ¿para qué sacarlos a pasear? 

Visto lo visto en la historia humana, no hay inteligencia ni sabiduría ni talento valioso a descubrir si no somos capaces de dejar de ser firmes en nuestra opinión y nos ponemos a dudar. 

2.- Reduce o elimina la actividad de tus inhibidores latentes

Los inhibidores latentes son los circuitos que filtran toda la información sensorial que nos llega. El sistema reticular activador ascendente determina tu capacidad de ver las oportunidades. De este modo, si no se considera útil o necesaria, no se recibe. 

Según el número de estímulos que recibimos, así es el volumen de datos que nos llega de manera consciente. Subiendo el voltaje a los inhibidores, la concentración aumenta porque nos aísla del ruido exterior, pero nos desconectamos del mundo y de oportunidades que no tenemos en mente. 

Tradicionalmente, nos animan a focalizarnos y a especializarnos en algo. Pero saber un poco de muchas cosas amplía el enfoque y cambia la lógica. Por eso, para acceder a nuestra genialidad, se requiere ser capaz de procesar el mayor nivel de información posible, estar en el presente y permitir la falta de estructuras. Sin planes.  Esta fórmula favorece la creatividad. 

¿Cómo se puede ver algo de lo que no se conoce la forma si se está buscando algo con un aspecto concreto?

Una vez que estés dispuesto a dudar, a caminar a ciegas y a sentir, haz cosas nuevas. Ábrete al conocimiento de los demás. Acostúmbrate a no comportarte como la mayoría. Déjate influir por los estímulos del ambiente y, pronto, te cruzarás con la suerte.

Los que más me han enseñado
son los que no sabían nada
de mi especialidad.

Cuando admites que, aunque seas un experto, puedes ser un ignorante, puedes acceder a nuevas perspectivas gracias a no ser arrogante. De hecho, dicha información puede llegar incluso a partir de personas que no saben nada sobre lo que te interesa. 

3.- Activa tu capacidad metafórica

Asimila información y conocimientos procedentes de lugares dispares. Y después favorece hacer todo tipo de asociaciones.  

Si te dedicas a sólo recoger información sobre lo que te apasiona, puede que seas profesional en esa materia pero es fácil que te desconectes de la realidad y de la comprensión del mundo.  Por eso, comparte tus ideas para ampliarlas. 

Gracias al desarrollo del pensamiento simbólico y a tu capacidad de procesar estímulos, podrás comprender y construir ideas más complejas en cualquier ámbito de tu vida, sacando partido  a cualquier imprevisto con más agilidad. Y te permitirá acceder a tu propio estilo, a tu manera, porque, en ningún caso, acceder a tus talentos se tratará de imitar los de otros.  

4.- Dedícate tiempo

Aunque cuando estás en lo que te corresponde, se pierde la dimensión del tiempo y del espacio, no desatiendas tus relojes biológicos, no te aísles y no tengas prisa mientras desarrollas lo que te ilusione. Las ideas brillantes requieren de tiempo para tener éxito. Y, con frecuencia, se necesita de un cambio mental interno previo

Vocación

Etimología
Proviene del latín
compuesto por el verbo vocare ("llamar") y el sufijo -cion ("acción")
Luego significa "acción de llamar"

5.- Aprende a confiar

Sin confiar, te resultará complicado dar con tus talentos naturales. Ésos que aparecen sin hacer ruido.  Aprende a dejar que la realidad siga su curso. Déjate llevar y no fuerces.  Así haz desapegándote de los resultados.

Desde el mundo, un ritmo más pausado se puede interpretar como irresponsabilidad, desinterés, desmotivación, pereza, apatía,… Pero, confía. Simplemente, aún no se ven los resultados. 

La aparente inactividad del bambú

Sin manifestaciones visibles en la apariencia

El bambú japonés tiene una forma particular de desarrollarse. Primero se siembra la semilla como en cualquier otra planta. Después requiere luz y un sustrato húmedo para germinar. 

Durante los primeros siete años, no sucede nada que el ojo pueda percibir. Todo sucede bajo la tierra, donde se está desarrollando un sistema de raíces fuerte.

 

Después se aprecian los primeros brotes y, en apenas seis semanas, la planta crece más de treinta metros. 

Economía para Bruj@s
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