Existe una gran diferencia entre buscar soluciones mirando a la superficie y teniendo miedo, y ponerte a buscar respuestas cuando estás en calma y observando la verdadera causa del problema. Y, como te imaginarás, resulta más efectiva la segunda opción pero no es el tipo de alternativas que tomamos. De ahí que no terminemos de arreglarlo. 

Te voy a poner un ejemplo para que se vea claramente de lo que hablo.

El problema a solucionar:

A raíz de que el volumen de tráfico aumentara y de que la velocidad de los vehículos fuera mayor en fábrica, el número de accidentes se incrementó notablemente. 

Soluciones basadas en el miedo

Se sabe que la mayoría de las veces los accidentes están causados por un exceso de velocidad o por una distracción del conductor.  Estas conclusiones se obtienen mirando la superficie de la realidad. Con esta información, se están poniendo soluciones basadas en el miedo a que ocurra.

Libertad a cambio de seguridad

Algo tan simple como cambiar los colores de las líneas en las carreteras genera un impacto porque los efectos ópticos que percibe nuestro cerebro provocan que levantemos el pie del acelerador. Una vía con una enorme línea roja en el medio,  con una línea verde que brilla en la oscuridad o con triángulos pintados a ambos lado de la carretera favorecen que se perciba como más estrecha, incrementando la sensación de peligro.

soluciones para meter miedo
soluciones certeras temporalmente

Se utilizan radares y cámaras de velocidad para tratar de detectar a los conductores que superan los límites establecidos. También las autoridades de tráfico realizan controles y patrullajes regulares para hacer cumplir las normas

Como si fueran un progenitor con su descendencia, estas medidas buscan prohibir el comportamiento. 

Estos sistemas de vigilancia requieren de puestas a punto constantes. Especialmente porque los amantes de su libertad no están muy de acuerdo con su instalación. Pero generan los suficientes ingresos por medio de sanciones como para sufragar estos costes y sacar beneficio. Esto último, en principio, se supone que no era el objetivo.

Además, se han implementado campañas de concienciación en las que se muestran a los conductores los peligros del exceso de velocidad y la importancia de cumplir la seguridad vial.  Así, se llama educar a meter miedo al posible infractor.

En algunas áreas, a su vez, se han instalado señales de advertencia y badenes, y se han mejorado las infraestructuras viales para fomentar un comportamiento más seguro al volante.

Las soluciones desde el miedo priorizan la seguridad y buscan respuestas rápidas con lo que sólo atienden la superficie del problema, dejándose detalles importantes.

Cuando se decide desde el miedo, se acostumbra a buscar soluciones rápidas y a corto plazo. Prohibir para evitar los peligros o avisar de los riesgos son algunas de estas fórmulas. De esta manera, creemos que se fomenta la seguridad. Y, es cierto que, según las estadísticas, el número de accidentes mortales y heridos graves ha disminuido significativamente. Luego se está logrando el objetivo. Pero no se está prestando atención a la causa real. Y, así, los conductores no se sienten escuchados por lo que buscan cómo seguir saltándose las normas aunque a veces sean penalizados.  

Solucionar sin escuchar, a priori, suena como un método con riesgo en el largo plazo. 

¿Cómo sería buscar soluciones certeras desde el amor?

Soluciones basadas en la confianza

Lo primero que habría que saber es qué motiva a una persona a correr o por qué se pone a utilizar el móvil mientras conduce. 

El aburrimiento es una de las razones principales.  Las carretera conocidas o demasiado monótonas resultan somníferas para conductores experimentados. Sus capacidades son superiores a las demandas de la actividad a realizar y les resulta tediosa.  Por eso, buscan cómo reducir este sentimiento sin caer en la cuenta de que están poniendo en juego su vida o la de personas que les rodean. Pero respetar las normas tampoco pone solución a su dificultad. 

Buscando soluciones que resuelvan el origen profundo del problema

Atendiendo al origen real del problema, en 2007, Shizuo Shinoda, un ingeniero de caminos japonés, creó por casualidad lo que se conoce como carreteras musicalesEn el asfalto, hay pequeños surcos con un ancho variable. Los estrechos aumentan el tono y los más amplios lo bajan consiguiendo tonos más graves. De esta manera, la carretera se convierte en un instrumento musical que se pone en funcionamiento gracias a las vibraciones generadas por el coche al circular sobre ella.  Para tu sorpresa, en algunos países, vas por ciertas vías y reduces voluntariamente la velocidad, bajas un poco las ventanas y disfrutas del concierto mientras conduces. Se escuchan canciones.

La música es una manera universal de comunicarnos. Incluso sirve antes de tener capacidad de pronunciar una palabra. Y es independiente del idioma que se hable o del estado de ánimo del receptor.

Para las carreteras musicales, una vez instaladas, como cualquier instrumento, se le ha de afinar. Este mantenimiento se puede ver como un gasto caprichoso pero, en realidad, se puede aprovechar la ocasión para cambiar la composición y volver a sorprender a los usuarios con nuevas melodías. 

Soluciones alternativas para atender las limitaciones de las ya propuestas

Bien es cierto que esta fórmula tiene sus limitaciones porque no se puede utilizar donde haya mucha circulación y vecinos cerca. Esta combinación genera una contaminación acústica con la que es difícil de convivir.  

Para esas ocasiones, en Montgomery (Pensilvania), han optado por pintar una doble línea continua amarilla torcida para separar los dos carriles. Y, como lo instalaron el día de los inocentes, los conductores pensaron que era una medida temporal porque se trataba de una broma

creatividad y humor contra el exceso de velocidad en vías urbanas

En algunos países de Europa, hay marcas viales en la calzada en forma de círculos,  que indican la trazada recomendada para los motoristas, especialmente en las curvas cerradas, reduciendo el riesgo de accidentes en un 80%. 

soluciones

Soluciones cuando abrimos la mente

Los pasos de peatones 3D generan que, tanto viandantes como conductores, se lleven una sorpresa.  Los primeros se animan a cruzar por donde tienen que hacerlo y los segundos no dan crédito a cómo sus ojos les están engañando y reducen la velocidad. Para ambos, la visibilidad de esta señal mejora notablemente. 

soluciones alternativas y certeras

También hay quienes, pensando en la salud de los conductores y en que puedan estar haciendo algo entretenido mientras se desplazan dentro de la ciudad gracias al transporte público, ofrecen el billete gratis siempre y cuando primero se hagan 20 sentadillas delante de un dispositivo inteligente ubicado en algunas paradas. En tres meses, el aparato registró más de 1 millón de sentadillas. Lo llaman billete saludable. Definitivamente, en la ciudad de Cluj-Napoca (Rumanía), les preocupa el exceso de sedentarismo de sus ciudadanos y ponen solución a varios problemas a la vez.

Soluciones certeras. Matando dos pájaros de un tiro

Beneficios de las sentadillas.

Mientras fortaleces el cuerpo, mejoras la estabilidad, el equilibrio y la movilidad. También contribuyen a la salud cardiovascular y a la prevención de lesiones. 

Se necesita poder
sólo cuando se quiere hacer daño.
De lo contrario, amor es suficiente
para hacer todo.

Con estas perspectivas, se pone el foco en lograr el objetivo que se busca haciendo disfrutar a los conductores y a sus acompañantes. Y, a la vez, también mejora su bienestar emocional

El dueño de una cadena hotelera viaja a una ciudad de la India y se hospeda en la competencia. Al llegar, el recepcionista le recibe con una sonrisa y le saluda: «¡Bienvenido de nuevo, señor! Es genial verlo otra vez aquí».

El magnate se queda sorprendido de que recuerde su visita anterior y, aunque valora su privacidad, agradece ese gesto.

Al regresar, pide a su equipo que encuentre opciones para llevar a cabo esta misma estrategia en el negocio. Dado que las ideas que le proponen suponen un coste desorbitado, decide volver a ese hotel para que le desvelen su secreto

Su respuesta fue muy simple. Hacían uso de sus contactos y de su información a cambio de una módica propina. 

Los taxistas que traían a los turistas les preguntaban directamente en el coche a los futuro huéspedes si habían estado previamente en el hotel y, si la respuesta era sí, hacían una señal cuando dejaban el equipaje en el mostrador. Así se ganaban un dólar.

Corazones conectados jugando a ganar - ganar

Libres son quienes crean,
no quienes copian,
y libres son quienes piensan,
no quienes obedecen.
Enseñar es enseñar a dudar.
Economía para Bruj@s
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