Un pasado de esfuerzo y sacrificio
Ella es una mujer acostumbraba a ganar dinero a base de esfuerzo físico y condiciones laborales regulares o malas. Está quemada pero saca fuerzas para seguir adelante. Hasta que un día, empieza a cambiar el chip.
Un corazón sin miedo
Resiliencia
Etimología
Puede traducirse como la cualidad del que vuelve a saltar y se queda como está o como volver atrás.
Pierde el miedo a decir lo que piensa porque, según su experiencia del pasado, al final, termina expresándolo de mala manera. Así que opta por opinar y tomar acción aunque no siempre guste. Se fía de sus criterios. Se enfoca en su empoderamiento. Así conecta con su suerte.
Un presente de abundancia
Para su sorpresa, a pesar de todos los conflictos vividos durante sus jornadas laborales, la empresa le entrega una gratificación extra por su trabajo.
Lo curioso es que no es el único regalo inesperado que recibe después de variar su forma de reaccionar. Estando de vacaciones, le llaman por teléfono para un empleo estupendo en algo que ella nunca ha hecho. Es un puesto al que había postulado cinco años atrás. Buenas condiciones y buen horario por tareas sin esfuerzo físico. Está ojo plática.
Con los golpes de suerte al alcance
Traspasada la experiencia, analiza lo acontecido y toma conciencia de dos aprendizajes muy valiosos. El primero tiene que ver con aprovechar los escenarios que te plantea la vida. No para etiquetarlos con adjetivos negativos sino como los adecuados para sacar de ti una versión mejorada.
Y esa idea encadena con la siguiente lección: A más confianza en una misma, mejores resultados se obtienen.
Cuando la mamá de la protagonista de este relato se entera de las buenas nuevas, le dice a su hija:
«¡Qué suerte!»
A lo que ella responde contundentemente:
«No, mamá. No es suerte. Ya era hora. Ya me tocaba.»
Y, es cierto porque, por fin, había logrado entender con el cuerpo información que estaba recibiendo repetidamente pero que no creía que pudiera ser verídica. Al fin, se había permitido poner en cuarentena la realidad que siempre había experimentado para poder crear otra.
Cuando profundizas en esta historia, se pueden observar muchas lecciones a incluir en la vida de cualquiera para fomentar la prosperidad.
- Si crees sin comprobar si es cierto, estás condicionando tu forma de actuar con ilusiones.
- Así lo que era cierto ayer puede que hoy ya no lo sea y no te has dado cuenta del cambio. Luego, para ser sabio, se precisa dudar.
- Cuando crees que no es posible, no lo verás, aunque esté delante de ti. Una nueva razón por la que has de permitirte titubear.
- Lo que te parece un escenario que ya has vivido es una nueva oportunidad para reconocer algo de ti que ya no sirve y que has de modificar.
- Si te deshaces de la parte de ti que estás fingiendo ser, empiezas a ser una persona honesta consigo misma.
- La resiliencia viene del término latín resilio “Volver a atrás” luego inconscientemente implica tener cierta resistencia al cambio. Lo que vives te afecta y pretende transformarte internamente, luego no se trata de resiliencia porque nunca más vuelves a lo que previamente eras. Ésa es la intención de la experiencia que vives. Es una lección a aprender e incorporar.
- Las adversidades y los agentes estresantes desaparecen tan pronto como aceptas celularmente (con el cuerpo) la enseñanza que pretende entregarte el escenario que estás viviendo. Por eso, conviene preguntarse: "¿Qué es mentira de lo que creo que es verdad?"
- Nunca se trató de tener fe porque cuando crees que algo externo te sacará de donde estás, estás cediendo tu poder.
- Lo que sembraste en el pasado puede brotar de manera espontánea tan pronto modifiques lo que hay en ti que piensa que no es posible.
Todas estas reflexiones terminan en un pensamiento recopilatorio:
Estas conclusiones son parte de los pilares necesarios para alcanzar un éxito con sentido, desde el estar conectado con la esencia de lo que somos. Pero si ahora estás pesimista y lo ves todo negro, no te preocupes. Decía Og Mandino que cada desgracia que encuentres en el camino llevará en ella la semilla de la buena suerte del mañana. Siempre es buen momento para encontraros la suerte y tú.
llevará en ella la semilla de la buena suerte del mañana.
La suerte se siente
No se tiene potra por casualidad
sino que es algo que se siente en el cuerpo.
En la suerte, bueno o malo es relativo
Antiguamente, tener potra no era un motivo de alegría ya que implicaba tener una hernia que suelen ser dolorosas.
Dolores con información valiosa
Las personas que tenían esta dolencia, notaban que empeoraba su malestar justo antes de que cambiara el tiempo o se avecinara una tormenta, ya fuera de lluvia o de nieve. De alguna manera, su cuerpo se convertía en un meteorólogo muy certero.
Escuhando el sexto sentido
Gracias a prestar atención a la intensidad de su malestar, podían anticiparse al mal tiempo, proteger la cosecha y evitar desastres.
No hay tu tía
La atutía era un un ingrediente estrella en ungüentos medicinales utilizada para tratar todo tipo de dolencias. Cuando no había remedio, se decía que no había atutía pero, por un error en la pronunciación, ahora, cuando no logramos algo, lo asociamos con un asunto familiar cuando, en realidad, siempre fue un tema corporal.