Creer que la Autoridad se reduce a un título o a los aplausos es la trampa más grande a la que nos solemos exponer en el Liderazgo. La realidad es que un Liderazgo sostenible se construye sobre la Coherencia, y no sobre la imposición o la popularidad.
Existen al menos 3 trampas comunes que te impiden generar un impacto real en tu entorno:
1. La Trampa de la Jerarquía: El Liderazgo Impuesto:
El Riesgo: Usar la Autoridad Formal (el puesto) como una herramienta de control activa en el equipo el viejo patrón de «Papá/Mamá que premia o castiga«, limitando su Autoestima. Desde esta perspectiva, su valor depende del reconocimiento de agentes externos.
La Consecuencia: Genera obediencia forzada, pero reduce la madurez, la iniciativa y la creatividad de los “subordinados”. La gente sigue las órdenes pero no se siente responsable de los resultados.
La Solución: Invertir la pirámide.
- Delegación de Autoridad (No sólo de tareas): Usa tu Autoridad para delegarla a tu equipo y permite que quien tome las decisiones sea el experto en el tema específico. Pasa de ser el/la «juez» o el/la “controlador@” a ser el/la facilitadora de su trabajo. La pregunta constante es: «¿Qué necesitas de mí para resolverlo tú?«
- Liderazgo Vulnerable: La vulnerabilidad del líder es la herramienta más poderosa para desmantelar la jerarquía. Cuando un gerente de alto nivel admite públicamente: «Necesito ayuda con esto» o «Me equivoqué en la estrategia«, autoriza implícitamente a su equipo a hacer lo mismo. Si se permite que los empleados cuestionen las decisiones si tienen datos o argumentos sólidos, se permite un verdadero empoderamiento y desaparece cualquier miedo a la figura de autoridad.
2. El Referente No Reconocido (La Trampa de la Aprobación)
El Riesgo: Eres honesto y coherente con tus valores, pero tu entorno no te da el reconocimiento o el aplauso que esperas.
Consecuencia: La falta de validación externa tienta a muchos a cambiar su autenticidad por una versión que sí que sea popular, sacrificando su carácter y cayendo en ser un referente ilegítimo que no se lo merece. O puede llevarte a la frustración y a la pasividad, y auto limitarte.
La Solución: Coherencia Incondicional. La verdadera Autoridad se forja cuando mantienes tu Honestidad y tu Contribución, incluso sin aplauso. Utilizando la curiosidad del eterno aprendiz para preguntarte: “¿Qué miedo hay en mí que provoca que no me escuchen o que no comunique de manera clara?” “¿Qué me hace sentir vulnerable cuando soy el centro de la atención?” «¿Puede ser miedo al rechazo? Indagar en estas cuestiones te llevará a saber lo que tienes que cambiar en ti porque no eres tú sino un mecanismo de protección.
3. El Referente Deshonesto (La Trampa de la Fachada)
El Riesgo: Construir una reputación de «experto» o de “ser extraordinario” sobre una base de inautenticidad o de exageración (de mentiras o engaño).
Consecuencia: Multiplica el estrés crónico por la «Teoría del Yo Incongruente» (el yo real no encaja con el yo visible). El miedo a la expansión no es un miedo al fracaso sino un miedo al descubrimiento de la impostura.
La Solución: Humildad y Transparencia. Desmantela la fachada y permite la vulnerabilidad. Un líder que dice «Me equivoqué» o «No lo sé» es más fuerte y genera más confianza a largo plazo que aquel que siempre pretende la perfección.
¿Cuál de estas 3 trampas crees que es la más difícil de evitar en el entorno profesional actual?
El Líder Genuino no trata de ser el más inteligente, sino el más Coherente, Flexible y Humano. La solidez de reconocimiento que puede que anheles se construirá a partir de la incomodidad que genera seguir esos parámetros.




