Claves para tener relaciones de confianza

¿Tengo una relación de confianza?

Hay muchas técnicas que describen cómo se ha de actuar para conseguir diferentes objetivos con las palabras. Pero, con frecuencia, en estas teorías, olvidan un problema fundamental que existe en el transcurso de las conversaciones. Estamos tan acostumbrados a no ser transparentes que la primera persona con la que no somos honestos es con nosotros mismos. Y si partimos de que yo, que soy quien he de enviar el mensaje, me estoy mintiendo a mí, ¿cómo se puede llevar a buen puerto la conexión?

 

Así estamos. Sin comunicar con claridad porque «me engaño». ¿Y cómo se pueden establecer relaciones de confianza si no la tengo conmigo? Como imaginarás, con este punto de partida,  es bastante complicado. 

 

¿Te parecen ideas locas? Sigue, sigue, que te explico.

 

¿Qué dificulta profundamente la comunicación?

Según las estadísticas, la comunicación es fuente de éxito o de fracasos escandalosos. De hecho, para los reclutadores de personal, se está convirtiendo en una habilidad muy preciada a la hora de seleccionar personal.

 

Los efectos secundarios de no hablar de los miedos

Cuando dialogamos con un otro, influye algo que no se ve pero que está y no le damos el lugar que requiere: los miedos. Por no darles su sitio, con frecuencia, las conversaciones terminan convirtiéndose en un juego de adivinar qué es lo que tratamos de transmitir de verdad. En lo profundo. ¿Sigues sin entenderme? Continua leyendo. 

 

Vivimos en un juego de roles para no admitir las inseguridades

El problema fundamental es que muchos se creen poderosos e invencibles, y otros muchos prefieren obedecer para evitar el riesgo a equivocarse o a perder el control. Sin gestionar las inseguridades que generan esta estructura de funcionamiento, no se logra un intercambio adecuado de información. No hay una comprensión real de lo que está sucediendo. Y no podemos ni plantearnos relaciones de confianza.  

 

Desde aquí, es difícil que un equipo reme en la dirección que lleva a alcanzar el éxito y mantenerlo en el largo plazo. Entendiendo por éxito ganar dinero colaborando en crear el mundo en el que deseo vivir.

 

Un guion para entendernos

Como la vida es un teatro, tal y como dijo William Shakespeare, qué mejor forma de expresarme con precisión contigo que con un guion. Te voy a contar una historia como ejemplo para mostrarte los efectos tan destructivos que genera lo que te estoy contando. Aunque te parezca que es algo que no te puede pasar, es más fácil de lo que te parece. Te lo enseño.

 

Dos directivos de diferente rango en conflicto

Como en cualquier relato, primero te pongo en contexto. En escena, están dos directivos con diferente jerarquía. Uno de ellos es el dueño de la empresa. Es una pyme de unos cuarenta trabajadores. Los dos hombres están en el despacho de uno de ellos y empiezan a hablar. 

 

Puesta en escena.

Ambos discuten en la oficina.

 


– (El propietario de la compañía está muy enfadado y le grita a su empleado.) Siempre haces lo que quieres. Sin tener en cuenta lo que te ordeno. Al final, te voy a tener que abrir un expediente disciplinario.

 

– (Ante estas palabras, el jefe intermedio se queda pensativo recordando lo que su «traductora de lo intangible» le ha explicado horas antes sobre su superior en una consulta individual. No contesta a su superior. Simplemente le mira y se queda pensativo. Divaga consigo mismo. Entonces concluye para sus adentros: «Ella estaba equivocada. Lo que está pasando lo confirma. Me propuso que pusiera una idea en cuarentena y ya está hecho. Idea desechada. No es cierta.»)

 

– (Ante la no reacción de su empleado, el gerente cambia su tono a uno más suave y, después del silencio, continua hablando.) Aunque pensándolo bien, eres el único que se atreve a decirme honestamente lo que piensas.

 

– (El directivo intermedio sigue con su reflexión. Sin contestar. Se sorprende con las palabras de su jefe. Finalmente ella estaba en lo cierto con su idea loca. Está incrédulo pero la realidad lo confirma. Sólo quiere que le dé un abrazo pero no sabe pedirlo. Así que se acerca para hacerlo y, por fin, le responde.) Anda. Ven. Que te doy un abrazo.- le propone con cariño.

 

Amor est finis

Conclusiones prácticas para transmitir con éxito en relaciones de confianza

Como habrás imaginado, la mujer en la que piensa el empleado de esta historia era yo. Le había explicado horas antes que cuando estamos en momentos con mucho estrés, las emociones están a flor de piel. Si a eso le unes que los directivos tradicionalmente han de ser súper héroes que no deben mostrar su vulnerabilidad, el cocktail genera que resulte bastante complicado pedir lo que se necesita porque una cosa es lo que preciso y otra distinta es lo que, según las expectativas de los demás, debería requerir. 

Como estamos muy concentrados en el parecer, no prestamos atención a lo que es. Con esta confusión, su jefe mostraba mucho enojo pero sólo estaba desesperado por recibir un gesto de amor

gestión de emociones

Y mientras flipas con mis conclusiones, si estás en una situación similar a la del protagonista, te invito a que tú también pongas la idea en cuarentena. No te creas nada pero compruébalo. Al final, la ira sólo es amor enjaulado en una forma incorrecta. 

Comunicamos lo que no existe y no decimos lo que nos gustaría

Cuando hablamos, se cuelan suposiciones, creencias adquiridas muchas veces inconscientes que condicionan cómo vemos el mundo, lo que percibimos por ser empáticos pero no sabemos ponerle palabras, lo que imaginamos, lo que fingimos para no mostrarnos débiles,… 

En esta normalidad, se convierte en un hábito afirmar de manera contundente: “No quiero” cuando detrás ocultamos un “No me atrevo a recibirlo porque tengo miedo.” O me convenzo de que “Debo hacerlo de una determinada forma.” y no puedo abrirme a la reflexión de que “Hay otra manera.”

Las relaciones de confianza como protagonistas

Al final, hemos puesto de moda el ponernos un disfraz de salvadores o campeones, y dejamos de lado hablar para entendernos. Ahora nos ocultamos y eso dificulta las relaciones de confianza. «Lo que no te cuento no me lo cuento ni a mí. No es nada personal.» Y de ahí el problema. Por eso, no nos comunicamos bien. Aunque no podamos admitirlo. 

ambición

Por mucho que nos empeñemos, las palabras representan la realidad pero no lo son. Aún así tienen capacidad de generar numerosas confusiones y llevarnos a donde no queremos. 

Al final, el mecanismo adecuado de comunicación tiene que ver con, primero, atreverme a mirarme interiormente para poder hablar de lo que me hace sentir plenamente exitoso a cada momento y no correr el riesgo de construirme una vida que no deseo a base de malentendidos. 

Definitivamente, para transmitir acertadamente y caminar con éxito en los vínculos, la primera relación de confianza ha de ser conmigo. Poniendo la atención en liberarme de conflictos internos o falsas fuentes de seguridad.  Logrando poner palabras correctas a mi mensaje para hacer que exista la realidad que deseo, aunque ello implique mostrarme vulnerable, porque, por muchos avances que aparezcan, ninguna inteligencia artificial será capaz de leer en lo profundo de nuestro ser para darnos lo que de verdad queremos.

Si ves que te atoras, cuenta conmigo. Se me da fantástico sentir a tu cuerpo,  descifrar lo que ambicionas de verdad y lo que te ocultas. Sin mentiras. 

Economía para Bruj@s
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