Definiciones erróneas de la autoestima
Podríamos definir la autoestima como ser la prioridad en tu vida pero, llevado al extremo, nos puede convertir en una persona poco empática, difícil, egoísta, caprichosa, narcisista e incluso bastante psicópata. Esta actitud da rigidez e inflexibilidad ante una realidad que no sea la que queremos ver. Así, cuando algo toque nuestras heridas pretéritas, buscaremos culpables de lo que sentimos que nada tienen que ver, en lugar de ser prácticos y poner remedio.
Autoestima
Etimología
Luego significa tenerse en cuenta o valorarse.
En otro intento de describir este concepto, podríamos hablar de la seguridad y la capacidad de tener nuestras opiniones más en cuenta que las del resto, pero entonces nos olvidamos de lo valioso que es dudar para acceder a nueva sabiduría.
También se puede caer en el decir que es saber poner límites pero, así, podemos bloquear la posibilidad de aprender lecciones valiosas que obtendríamos si nos mantuviéramos cerca de lo que tratamos de evitar por llamarlo tóxico. La realidad es que, como nuestro personaje se siente rechazado, se aleja para no sufrir o para no ser desnudado. Esa persona incómoda tiene un mensaje valioso para que entendamos algo.
Para algunos, la autoestima es el equilibrio entre quien eres y quien crees que deberías ser. Con esta definición, tienes asegurada una batalla constante contigo mismo y, muy probablemente, con los demás porque, en lo sutil, mana de ti el mensaje de que no eres suficiente para recibir amor. En algún punto de tu experiencia vital, confundiste el amor con un intercambio comercial. Es hora de arreglar el malentendido.
Mejorar
Etimología
Se asocia con la raíz indoeuropea mel- que significa "suave, blando, débil"
Podemos considerar que una persona con autoestima es aquella que se compromete con unos objetivos concretos, medibles y alcanzables, y los logra. Pero ¿qué son las metas en el fondo? En muchas ocasiones, son una brújula que apunta hacia un norte para tratar de evitar la sensación de estar perdido. Sin embargo, quizás ese estado sea el paso previo a encontrarse con uno mismo. De verdad. Luego puede que sea bueno para nuestra autoestima.
Cumplir con expectativas que nos hemos marcado para darnos valor es una forma fácil de decepcionarnos. Con cada logro, vamos poniéndonos etiquetas y nos identificamos tanto con ellas que nos olvidamos de quiénes somos desde la esencia.
Si no lo consigo a la primera, le pongo más empeño. Cueste lo que cueste. Gestionamos la frustración y tenemos paciencia. Pero, en el camino, corremos el riesgo de dejar de existir y de desperdiciar los momentos presentes.
Superación
Etimología
En muchas ocasiones, asociamos nuestra valía con la capacidad de resolver problemas y obstáculos. Poniendo coraje y ganas de superarnos. Así nos consideramos más fuertes pero no nos damos cuenta de que nos acostumbramos a tomar decisiones para sobrevivir en vez de para disfrutar. Y, poco a poco, nos vamos poniendo un caparazón más grueso.
A veces consideremos que la vida nos golpea pero es nuestra falta de amor propio lo que está generando efectos secundarios. Cuando nos sentimos merecedores y nos amamos, nuestros actos promueven instantes fáciles y tranquilos.
Otras veces, por falta de autoestima, nos ponemos a responsabilizarnos de los demás. Ayudamos a otros para sentirnos mejor pero favorecemos que la otra persona se sienta incapaz o dependiente. Con estas dinámicas, se fomenta la mediocridad de todos los involucrados en el escenario pero, muchas veces, estamos convencidos de que estamos cuidando. La realidad es que, en una sociedad empoderada, no hay ningún héroe ni ningún salvador.
Defecto
Etimología
Por tratar de ser alguien, elegimos no existir.
¿Qué es la autoestima?
Me parece más acertado hablar de la capacidad de hablarse bonito pase lo que pase, aunque nos equivoquemos. Tener autoestima implica atreverse a tomar las decisiones que te lleven a atravesar miedos profundos y el sentimiento de culpa. El amor propio favorece que nos quitemos los mecanismos de defensa que fuimos poniéndonos desde niños. Implica saber que no puedes con todo y que no tienes por qué tener todas las respuestas, y no te sientas débil o inferior por ello. La confianza en uno mismo elimina la preocupación por el futuro y la necesidad de controlar.
Te sientes merecedor de estar en este mundo sin necesidad de ninguna condición que cumplir. No tienes un precio. No estás en venta. Y tu valor no varía. Es tuyo sólo por respirar. Desde aquí, la vida se convierte en un juego.